En el estrecho espacio del apartamento, se dejaron llevar por la pasión desenfrenada y el deseo intenso de no parar hasta que ninguno de los dos pudiera más.
La madre de su amiga estaba tan apretada que cuando la penetró por primera vez, sintió cómo su miembro era estrujado por la deliciosa presión de su interior.
La hijastra de Antonio era tan estrecha que él tenía que ser cuidadoso cada vez que la penetraba, pero ella siempre lo recompensaba con suaves gemidos.